La final de La Copa del Rey tan esperada, no fué objeto de celebración para el equipo rojiblanco.
La decepción rojiblanca fué notoria entre los jugadores
No fué cuestión de mala suerte o de un mal arbitraje tantas veces recurrido, fué el resultado del mal juego y peor aún su falta de ambición.
La Real de lo malo lo mejor
A la Real pese a que no hizo un juego para enamorar, mostró otra manera de estar en el campo y como recuerdo de un buen entrenador que tuve y nos decía que la camiseta había que sudarla si querías sacar algo positivo.
Un Athleti muy distinto al visto hasta ahora en la epoca Marcelino en el cual mejor o peor la ambición no había faltado.
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